A veces lo único de lo que queremos hablar es de la felicidad, y de que todo sea perfecto. Pero lo lamentable es que nunca se puede hayar la perfección, queramos o no. Un día una persona me dijo que no me preocupara tanto por las malas cosas de la vida, y que siga, pero teniendo aún más en cuenta lo bueno de ella. A mi me basta con pensar que lo bueno de ella es estar viva todos los días, poder ver cada uno de los actos y tener a nuestros seres queridos a nuestro lado...